“CARRERAS ESTIVALES”
Esta suele ser una época de calores y de poco calzarse las zapatillas, por lo menos por mi parte. Aún así el calendario de eventos deportivos sigue su curso más enfocado a las fiestas populares que aprovechan para hacer su cross del año. Santiago del Teide no podía faltar a la cita y celebra su peculiar carrera “Subida del Panadero”. Así, el sábado 13 del presente mes a las 18h estábamos convocados en Tamaimo, bajo un sol de justicia, como no podía ser de otra forma. Allí los valientes en la línea de salida desafiamos a nuestro astro rey y nos encomendamos a la “virgen de la garrafa de agua” por aquello de que no nos dejaran sin el líquido elemento en tan sufrida subida. Caminos que antaño fueron usados por esforzados canarios para unir varios núcleos poblacionales en busca de su sustento, ahora sirven para nuestro deleite pues no nos vemos obligados a ganarnos la vida circulando por ellos, sino que podemos hacerlos como actividad deportiva-¿Qué pensarían aquellos canarios si ahora nos vieran corriendo por ahí?-Nos anuncian por megafonía que nos preparemos para salir y así tras los últimos ejercicios de calentamiento y los pertinentes saludos tras un tiempo de no acudir a éstos eventos se pone en marcha la serpiente multicolor. Vuelta al núcleo de Tamaimo, que para los que no lo conozcan tiene un perfil bastante sinuoso, manera diplomática de decir que sus calles o suben o bajan, pues la línea recta no cabe entre ellas. Al final de la subida de “El Calvario”-no sé por qué se llamará así- nos espera un avituallamiento de agua y sin respiro alguno le sigue tal repecho, que de mirarla se te suben los gemelos. Dicha rampa es el preludio del camino de cabras que viene a continuación, nos esperan 1600m de baile de “San Vito”, quiero decir con esto que das dos pasos para adelante y uno para atrás, pues el suelo sobre malpaís y piedra suelta no permite otra cosa. En éste tramo vamos todos con la cabeza gacha porque sino puedes terminar con tus huesos en el suelo y bastante magullado, una pena pues el paisaje merece que nos detengamos a observarlo detrás de algún almendro que encontramos por el camino. Resoplando como posesos llegamos al asfalto de Arguayo y quien piense que todo lo complicado terminó puede darse una vuelta por el circuito de ésta prueba. Se llega por la carretera general hasta la parte alta del pueblo, unos 500m de más pendiente, y luego hasta meta bajas otro tanto, todo descuadrado porque ya vas con la lengua fuera y no sabes como poner las piernas. Una vez cruzas la línea de meta, una ducha refrescante y fruta y bebida a discreción es lo que te espera. Organización muy comprometida con los sufridos corredores que suben desde Tamaimo hasta Arguayo otro año más. Nuestro club, el Trivalle de Güimar muy bien representado pues los ganadores generales en hombres y mujeres fueron atletas del mismo, Roberto Vera y Amada Sánchez. Participaron más atletas del Trivalle, entre ellos Eugenia Castro, Alejandro Fariña y alguna camisa más que no conseguí identificar. Sólo queda repetir el próximo año, a ver si ésta el sol amaina un poco.
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