domingo, 28 de octubre de 2012

EL CORAZÓN DE UN DEPORTISTA DE RESISTENCIA

EL CORAZÓN DEL DEPORTISTA
 
 
            Reconozco que es plagio pero he encontrado este artículo en el blog de TRAIL CANARIAS, a los cuales agradezco y pido disculpas por copiar esta información que me parece muy interesante para los amantes de los deportes de resistencia y, al igual que los compañeros de TRAIL CANARIAS, me gustaría difundirlo entre los seguidores del TRIVALLE DE GÜIMAR y resto de deportistas en general.

Atletas de maratón, triatlón o ciclismo alpino deberían vigilar de cerca sus corazones. Han salido a la luz las últimas evidencias científicas que constatan que el deporte intenso y a largo plazo sí puede causar daños en el ventrículo derecho (una de las cuatro cavidades del corazón que recibe la sangre no oxigenada de la aurícula derecha y la impulsa fuera del órgano a través de la arteria pulmonar) en algunos de ellos.
André LaGerche, de la Universidad de Melbourne (Australia), y autor principal de la investigación, confirma a ELMUNDO.es: "Sabemos que nuestro trabajo no puede extrapolarse a todo el mundo, como para afirmar que el ejercicio intenso no es saludable. Los datos no respaldan esta premisa. Sin embargo, los hallazgos sugieren que algunos atletas pueden haber nacido con una susceptibilidad a sufrir daños cardiacos como resultado de la práctica de deporte de resistencia sostenida en el tiempo".
La investigación, publicada en el último 'European Heart Journal', arroja algo más de luz a un debate candente en las últimas dos décadas: los riesgos cardiacos de los deportistas de élite. De hecho, recientemente, un grupo de investigadores liderado por científicos del Hospital Clinic de Barcelona, en colaboración con el Instituto del Corazón de Montreal (Quebec, Canadá), publicaba un ensayo en 'Circulation' -esta vez en ratones- que constataba que el ejercicio de resistencia continuado durante años puede provocar alteraciones en la estructura cardiaca creando un sustrato para padecer arritmias.

Josep Brugada, director médico del Hospital Clinic y uno de los autores de dicha investigación, reconoce: "Ni la comunidad médica ni la población han admitido durante años que la práctica deportiva de elite podía llevar a problemas de salud. Era un tema tabú, debido en parte a que parecía que no se podía decir nada en contra del ejercicio físico, algo que por otro lado todos sabemos lo recomendable que es. Sin embargo, las evidencias se han ido acumulando y sabemos que la obsesión por el deporte puede resultar perjudicial. De hecho, como sucede con todo, hay que mantener un equilibrio. No se puede llevar al cuerpo al límite".

Grandes deportistas

En la nueva investigación, los autores reclutaron a 40 deportistas de elite australianos que estaban planeando participar en uno de los cuatro eventos locales de deporte de resistencia (maratón, ciclismo alpino, triatlón y ultratriatlón).
Todos ellos cumplían determinados criterios: se entrenaban más de 10 horas semanales, habían obtenido buenos resultados en competiciones previas, no tenían ni síntomas ni factores de riesgo cardiacos, ni tampoco mostraron alteraciones durante las ecocardiografías que se les practicaron.
Para poder llevar a cabo la investigación, los científicos analizaron a los deportistas en tres momentos concretos: durante las dos y tres semanas previas a la carrera, inmediatamente después de ella, y entre los seis y 11 días después de la participación, cuando los atletas ya estaban practicando un entrenamiento mínimo.
Para ello se sometieron a resonancia magnética (RM), a análisis de sangre (antes y después de la competición) y a una ecocardiografía en los tres momentos anteriormente señalados.
Los datos demuestran que, inmediatamente después del evento deportivo, el corazón de los atletas había cambiado de forma: tenía un mayor volumen y la función del ventrículo derecho estaba disminuida.
"En cuanto a los niveles sanguíneos del péptido natriurético tipo B (BNP, sus siglas en inglés), que se secreta por los ventrículos en respuesta al estiramiento excesivo de las células del músculo cardiaco, los datos demuestran que estaban aumentados", reza el ensayo.
En él se insiste en que aunque la función ventricular se recuperó en la mayoría de los atletas a la semana de la competición, en cinco de ellos (aquéllos que llevaban más tiempo entrenando y compitiendo), la resonancia magnética detectó signos de cicatrización (fibrosis cardiaca).

Diagnóstico precoz

"El ejercicio moderado es una importante terapia para las enfermedades cardiovasculares, pero sus efectos sobre la salud cuando se practica de forma intensa están menos definidos. Hemos demostrado que el ejercicio de resistencia intenso provoca una reducción en la función del ventrículo derecho que se incrementa con la duración de la carrera y se correlaciona con el aumento de los marcadores biológicos de daño cardiaco. Por el contrario, el ventrículo izquierdo no sufre ninguna alteración", apostilla el científico LaGerche.
Este experto reconoce: "Ahora sabemos que el deporte intenso eleva el riesgo de algunas arritmias (tal y como previamente han demostrado investigadores catalanes), pero no sabemos los mecanismos por los que se incrementa dicho riesgo, aunque conocemos que el ventrículo derecho está sumamente involucrado. Necesitamos a partir de ahora entender los cambios que se producen a corto plazo en dicho ventrículo y estudiar las conexiones potenciales que existen entre dicha transformación y el incremento de probabilidad de arritmias en los atletas de elite".
Mientras tanto, el doctor Brugada cree que es absolutamente necesario hacer diagnóstico precoz de dichas arritmias en los atletas. "Ya sabemos lo que sucede con el exceso de deporte, un hecho también documentando en los países nórdicos con los esquiadores de fondo. Pero no conocemos qué deportistas van a sufrir las consecuencias de su esfuerzo. Por eso es necesario hacerles a todos seguimientos a largo plazo, con el fin de poder detectar a tiempo cualquier anomalía".
Sobre este punto se muestra totalmente de acuerdo el investigador australiano que aconseja, además, que los deportistas estén alertas ante cualquier síntoma. "No hay reglas fijas que nos hagan sospechar de la existencia de un problema, por lo que el atleta debe estar vigilante. Si nota que cuando entrena su rendimiento ha disminuido o su frecuencia cardiaca aumenta en situaciones de reposo, ambas cosas pueden significar que el corazón necesita más tiempo para recuperarse. Todavía necesitamos trabajar mucho en este campo, para saber qué está sucediendo realmente".
FUENTE Y ELABORACIÓN:ELMUNDO.ES
 
EL TRIVALLE DESEA BUENA TEMPORADA A TODOS/AS. SALUD

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